Misioneros Combonianos - Ecuador

Historia

Los Misioneros Combonianos en Ecuador


DECRETO DE PROPAGANDA FIDE QUE CONFIA A LOS COMBONIANOS LA PREFECTURA APOSTOLICA DE ESMERALDAS

Prot. N. 3017/54

La Sagrada Congregación de Propaganda Fide nunca dejó de dar y discernir con atento estudio lo que conviene a la salvación eterna de los pueblos.
Por eso ya que la Prefectura Apostólica de Esmeraldas en la República del Ecuador tiene dificultades tan graves que los Padres Carmelitas, a cuyo cuidado fue confiada la misma Prefectura, por la escasez de sacerdotes no pueden proveer satisfactoriamente al bien de las almas y al crecimiento de la fe católica, esta Sagrada Congregación de Propaganda Fide, ha creído oportuno quitar el peso del trabajo de la dicha Prefectura a la misma Orden Carmelita.
Por lo tanto, la misma Sagrada Congregación en virtud de las acultades que le ha concedido el Santo Padre Pío XII, con el consentimiento de los que son interesados o creen serlo, releva la Prefectura Apostólica de los cuidados de la Orden de los Carmelitas y confia la misma a la Congregación de los Hijos del Sagrado Corazón de Jesús de Verona (Misioneros Combonianos). Para dar ejecución a esto, este Dicasterio encarga al Excelentísimo y Reverendísimo Señor Opílio Rossi, Arzobispo Titular de Ancyra y Nuncio Apostólico en la República del Ecuador, y le da las oportunas facultades también de sub- delegar a este mismo efecto a cualquier hombre que goce de la dignidad eclesiástica, imponiéndole la obligación de transmitirnos el acta de la acontecida ejecución.
Sobre este asunto el mismo Sagrado Dicasterio mandó a publicar este Decreto que es válido como si fuera sellado con plomo.
Dado en Roma desde el Palacio de la Sagrada Congregación de Propaganda Fide, el 28 de julio del año del Señor 1954.
Pedro Cardo Fumasoni-Biondi, Prefecto 
C. Corvo, Subsecretario

 

DE AFRICA A AMERICA

Cuando el Papa Pio XII entregó la Misión de Esmeraldas a los Hijos del Sagrado Corazón de Jesús (Misioneros Combonianos) en 1954, hubo una fuerte reacción de parte de la Congregación. Por muchas razones, los Combonianos se consideraban enviados especiales a las Misiones de África, sea por el carisma del fundador, Daniel Comboni "primer Obispo de África Central", sea por el largo trabajo realizado durante cien años en los países del Continente Africano.
Se presentaron a la Santa Sede algunas objeciones, insistiendo sobre la escasez de misioneros, sobre las urgentes necesidades de las Misiones de Uganda y Sudán al aproximarse el momento de su independencia poítica, la característica "carismática" de la Congregación "ad gentes" y para África. Pero la Santa Sede, que ya había entregado dos Misiones en Perú a los Combonianos de la rama Alemana y en Brasil y México a los de la rama italiana, no retrocedió de su decisión.
Años más tarde, al surgir en la Congregación una nueva reacción en contra de las Misiones Latino-americanas entre pueblos católicos, el Papa Paulo VI confirmó tajantemente la decisión de la santa Sede. En una audiencia particular con Mons. Rino Carlesi y un grupo de Combonianos que trabajaban en Brasil, declaró: "[Díga a todos los Misioneros Combonianos que, cuando el Papa los envía, están cumpliendo su deber de misioneros, dondequiera que sea!".
Mons. Barbisotti sufrió por la escasez de misioneros. Consideraba que era absolutamente necesario dar comienzo a la nueva Misión en Esmeraldas de una manera urgente e impactante, disponiendo al menos de unos cincuenta misioneros, para crear nuevas parroquias con toda una serie de obras educativas, sociales y asistenciales, tanto en la ciudad como en el campo. Pero los misioneros llegaban con cuentagotas, en grupitos de dos o tres. Se quejaba de esta situación con los Superiores generales de la Congregación y fue muy duro su contraste, particularmente con el Padre Gaetano Briani.
No se cansaba de pedir y suplicar. Durante sus numerosos viajes por Europa y Estados Unidos siempre cargaba su proyector de filminas sobre la situación religiosa, política, económica y social de Esmeraldas, para levantar el interés de Padres, Hermanos y estudiantes. Pero con poco éxito.
Algunas veces se declaró dispuesto a retirarse de su cargo si él o su manera de actuar fuera la causa de la escasez de misioneros. De hecho, se lo acusaba de ser muy exigente y duro con sus misioneros y exagerado en iniciar obras muy onerosas y desproporcionadas con relación a las posibilidades reales.

Con el tiempo, paulatinamente, aumentó el número de Misioneros Combonianos en Esmeraldas, pero también aumentaban las necesidades. Al mismo tiempo se presentaban las primeras deserciones y abandonos de la Misión.
Es interesante la opinión que Mons. Barbisotti, junto con otros Obispos Combonianos, expresó en una reunión con el Superior General, P. G. Briani, que tuvo lugar en Roma el 19 de noviembre de 1964. Se estaba entonces preparando la revisión de la "Regla de Vida" de la Congregación y se acrecentaba la oposición a las Misiones en América. En la Curia General se repetían lemas como estos: " Nosotros somos misioneros para África" y " América es la Cenicienta que nos han tirado encima" ...
Mons. Barbisotti, partiendo del hecho que "Las Misiones de América son entregadas por completo a la Congregación como "sui juris" y todo el personal es Comboniano", la Congregación debería considerar las como "una parte de sí misma" a todos los efectos. De allí que "el Instituto debería considerarse como una federación de Diócesis, más que de provincias religiosas. Los Obispos tendrían que ser miembros de derecho del Capítulo General, y uno de ellos representar a los demás Obispos de Misión en seno a la Curia General. Estos Obispos gobiernan un territorio entregado al Instituto "y siguen siendo parte integrante del mismo" ...
Estas ideas no prosperaron y quedaron desvirtuadas frente a la avanzada del pluralismo apostólico y a la autonomía de las Iglesias locales.
Más allá de esta problemática, es una realidad que la Congregación Comenzaba a sentir la falta de vocaciones, que se presentaba en todos los sectores de la Iglesia.

 

 

DESTINO: ESMERALDAS
Angel Barbisotti estaba de superior regional en Inglaterra cuando el Padre Antonio Todesco, superior general de los Combonianos, le comunicó su nombramiento como Administrador Apostólico de la Prefectura de Esmeraldas (Decreto del 17 de diciembre de 1954). P. Barbisotti era conocido y estimado por el Superior General por el hecho de haber trabajado con él en la Misión del Bahr-el-Gebel (Sudan Meridional) por muchos años.
La Consulta de la Congregación de los Hijos del Sagrado Corazón de Jesús (Misioneros Combonianos) había designado siete misioneros (Padres y Hermanos) para la nueva Misión de Esmeraldas. Algunos fueron enviados a España para estudiar el español, otros comenzaron a estudiarlo en Italia. Pero, al final, solamente tres consiguieron integrar la primera expedición: P. Angel Barbisotti, P. Luis Marro y el hermano Angel Fusetto. A pesar de que P. Barbisotti fue autorizado a visitar todas las residencias de la Congregación y a llevarse consigo a "todos los que fueran libres y dispuestos a seguirle", no fue posible encontrar a otros. Las disposiciones de la Santa Sede eran apremiantes; los Combonianos debían hacerse cargo de la nueva Misión de inmediato y sin demora.
Esta urgencia tenía sus buenas razones. La situación en Esmeraldas era extremadamente delicada: las relaciones entre el Prefecto Apostólico Hieroteo Valbuena y el reducido grupo de Padres Carmelitas con un gran sector de la Comunidad Católica de Esmeraldas habían llegado a un punto de ruptura sin remedio. Por motivos diferentes. La actividad Apostólica estaba paralizada. y se había llegado a extremos muy delicados. incluso a la excomunión de algunas personas.
Los motivos "oficiales" que se declararon fueron: "insuficiencia de personal e incomprensión con las autoridades locales, religiosas y civiles".
Había motivos más profundos, entre ellos el estancamiento en un catolicismo puramente formal y devocional, al cual el reducido grupo de Carmelitas españoles y ecuatorianos no lograron poner remedio, por su reducido número, la disidencia entre los feligreses y la falta de motivación y dirección de parte de sus Superiores mayores. De hecho, la mayoría se fueron contentos, con la excepción del P. Lorenzo de la Eucaística (que trabajaba en Muisne) y del P. Rafael Gonzalez (que trabajaba en Quinindé). Estos dos Padres eran muy queridos por la población y mantuvieron buenos contactos con los Combonianos después de su partida. Los demás desaparecieron.

 UN LARGO VIAJE

Los Combonianos, P. Barbisotti, P. Marro y Hno. Fusetto salieron de Roma (Italia) el 28 de marzo de 1955, en avión con rumbo a Copenhague (Dinamarca). De allí prosiguieron el vuelo por Glasgow (Inglaterra), Terranova, New York (EE.UU), Kingston (Jamaica), Barranquilla (Colombia) y, finalmente, a Guayaquil y Quito, llegando a la capital ecuatoriana el 2 de abril.
Puesto que los Carmelitas de Esmeraldas habían manifestado el deseo de celebrar por última vez la semana santa entre sus fieles, los tres Combonianos permanecieron en Quito hasta el miércoles 13 de abril, visitando al Sr. Nuncio Apostólico, al Cardenal, a los Padres Salesianos y Josefinos, al Embajador de Italia y al Presidente del Ecuador J. M. Velasco Ibarra. Fueron huéspedes del Nuncio Apostólico que les brindó también la oportunidad de visitar la ciudad de Quito, la ciudad de Ambato (donde se encontraron con Mons. Bernardino Echeverría), y la "Línea Equinoccial",
En Quito tuvieron también la oportunidad de conversar con el Sr. Alfonso Lamb, organizador de la Legión de María en Ecuador, las Hermanas de la Providencia (la única Congregación femenina que trabaja en Esmeraldas desde 1926), los Carmelitas, los Hermanos de las Escuelas Cristianas, los Redentoristas y otros religiosos. También conversaron una media hora con el Senador Plaza Monzón, una de las personalidades más importantes de Esmeraldas.
Esta breve permanencia en Quito fue muy útil para que el P. Barbisotti conociera la realidad del Ecuador, sea desde la perspectiva política como de la religiosa. Sus experiencias misioneras en Italia, Sudán, Inglaterra y Estados Unidos se irían confrontando con las idiosincrasias del mundo latino-americano.

 LA LLEGADA

La avioneta salió de Quito el 13 de abril a las 14,30 y poco más de media hora después aterrizó en el pequeño aeropuerto de Tachina. P. Barbisotti tenía guardados en el bolsillo dos discursos, uno para responder al saludo de las autoridades en el aeropuerto y otro para presentarse a los fieles en la iglesia "La Merced". Se le quedaron ambos en el bolsillo. Le esperaban dos Carmelitas, P. José Manuel y P. Rafael y dos Hermanos de las Escuelas Cristianas, junto con el Cónsul de Colombia. No hubo ninguna ceremonia.
El pequeño grupo recorrió el sendero irregular que llevaba a la orilla del río y se embarcó en una canoa con motor. Cruzando el río, la canoa llegó al embarcadero de Esmeraldas, cerca de la Barraca. Allí estaba esperando otro Carmelita y un grupito de curiosos. Caminaron hasta la Iglesia de La Merced que estaba vacía. Combonianos, Carmelitas y Hermanos pasaron a la casa parroquial y tomaron fraternalmente una cerveza. Así comenzó la "Misión Comboniana" en tierra esmeraldeña.
Las primeras impresiones de los Combonianos no fueron muy positivas: "La iglesia Matriz de La Merced hay que rehacerla enseguida; el Palacio Episcopal es un conjunto de madera, cañas podridas y planchas de zinc oxidadas; está abierto por todos los lados y es un criadero de ratas, cucarachas, mosquitos y hasta sapos". A pesar de todo eso, los tres Combonianos comenzaron a poner un poco de orden y a repartirse los cuartos, con alegría y mucho entusiasmo. El mismo día visitaron la Capillita de Las Palmas, dedicada a la Virgen de Fátima. Después de la cena se rezó el Rosario en la Iglesia con un grupo de personas, mujeres, y niños y dos o tres varones. Y a dormir.
La mañana a siguiente, a las 5, tocó el despertador, para la meditación y la primera Misa a las 6,30. P. Marro fue el primer Párroco Comboniano de La Merced, la única parroquia de la ciudad de Esmeraldas. Se dedica el primer día a visitar la ciudad y a conversar con la gente en la única calle pavimentada, la Bolívar.
El domingo 17 de abril, primero después de Pascua, hubo una misa solemne a las 9, en la que el Carmelita P. Lorenzo de la Eucaristía leyó el decreto de toma de posesión y el P. Barbisotti, flamante Administrador Apostólico, leyó el famoso discurso que tenía guardado en el bolsillo.

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NOMBRAMIENTO DE MONS. ANGEL BARBISOTTI, PRIMER OBISPO DE ESMERALDAS

PIO OBISPO. SIERVO DE LOS SIERVOS DE DIOS

Al querido Hijo Angel Barbisotti miembro de la Congregación de los Hijos del Sagrado Corazón de Jesús. Vicario Apostólico de Esmeraldas. Obispo titular de Caunío, Salud y Apostólica Bendición.
Gozando de corazón porque en tierras no completamente evangelizadas, el cristianismo se va afianzando poco a poco. solícitamente cuidamos de enviar a Pastores celosos de las Nuevas Familias de los Fieles.
Por eso Nos. queriendo poner un Vicario propio al frente del Vicariato Apostólico de Esmeraldas en Ecuador. que hemos erigido en este mismo día con la Carta "Solet Apostólica". sellada a plomo. hemos pensado llamarte a Ti. querido hijo. rico en virtudes y experimentado en el apostolado. en el que has trabajado hasta hoy diligentemente como Administrador Apostólico. Teniendo el parecer seguro y confirmado de Nuestros Hermanos los Cardenales responsables del S. Concilio de "Propaganda Ftde", después de haber oído sobre este asunto al Venerable Hermano Opilio Rossi, Arzobispo titular de Ancyra y Nuncio Apostólico en la República del Ecuador. con Nuestra Suma Potestad Te nombramos y Te constituimos Primer Vicario del mismo Vicariato de Esmeraldas.
Y para que puedas ejercer mejor este oficio. Te nombramos Obispo de la Iglesia de Cauno, sufragánea de Mira en Lyria, actualmente vacante por la muerte de Juvencio Hospital de venerada memoria.
De este Vicariato de Esmeraldas Te confiamos el cuidado. El gobierno y la administración tanto de las cosas religiosas. Como de todos los bienes. Concediéndote los honores y privilegios. Imponiéndote las cargas y los deberes que les tocan a los Vicarios Apostólicos y a los Obispos titulares. También, para tu mayor comodidad. Te concedemos ser consagrado Obispo fuera de Roma por cualquier Obispo, con la asistencia de otros dos Obispos con tal de que todos profesen sincera obediencia a la Santa Sede. Al Venerable Hermano escogido para eso, por estas mismas cartas le damos el mandato de consagrarte. Sin embargo, antes de la consagración y antes de entrar en posesión de Tu Vicariato, siendo testimonio algún Obispo, unido a la Cátedra de Pedro con el vínculo de la unidad, harás profesión de fe católica y juramento sea de fidelidad a Nos y a los Romanos Pontífices, sea contra el error del modernismo según la fórmula adjunta a esta carta. Dichos documentos, firmados y sellados por Ti y por el mismo Obispo, los enviarás cuanto antes a la S. Congregación de Propaganda Fide.
Si no harás esto, tanto Tú como el Obispo que Te haya consagrado, seréis castigados con las penas establecidas por el derecho.
Por Ti, amado Hijo, rogamos al Supremo Príncipe de los Pastores que ya que ha querido revestirte de la dignidad de los Apóstoles, Te llene de gracia celestial, por medio de la cual con redobladas fuerzas puedas servir a las ovejas a Ti encomendadas.
Dado desde Castelgandolfo, cerca de Roma, día catorce de noviembre del año mil novecientos cincuenta y siete, décimo noveno de nuestro Pontificado.
Celso Cardo Costantini 
Canciller de la Santa Iglesia Romana
Hamleto Tardini Regente de la Cancillería Apostólica
Trussardi, vice plomador

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NOMBRAMIENTO DE MONS. ENRIQUE BARTOLUCCI

PABLO OBISPO, SIERVO DE LOS SIERVOS DE DIOS

Al querido hijo ENRIQUE BARTOLUCCI, de la congregación Comboniana, elegido Obispo Titular de Cástulo y Vicario Apostólico de Esmeraldas, Salud y Bendición Apostólica.
Deseosos de tutelar con la máxima diligencia los más altos cargos de la Iglesia hemos decidido elegirte y destinarte, querido hijo, para regir el Vicariato Apostólico de Esmeraldas, vacante por el lamentable deceso de Monseñor Angel Barbisotti.
Bien conocemos las egregias cualidades de tu noble corazón, de tu inteligencia, así como tu experiencia en el ministerio pastoral. Por lo que, habiendo auscultado el parecer sea de la Sagrada Congregación para la Evangelización de los Pueblos, sea de nuestro Venera-ble Hermano Monseñor LUIS ACCOGLI, Nuncio Apostólico de la República del Ecuador, te nombramos, hijo querido, VICARIO APOSTOLICO DE ESMERALDAS, confiriéndote los derechos de dicho cargo e imponiéndote las correspondientes obligaciones.
Pero antes de recibir de Nos mismo la Consagración Episcopal en la Basílica de San Pedro el 29 de junio de 1973, Festividad de los Apóstoles Pedro y Pablo, tienes la obligación de hacer la Profesión de Fe ante el Cardenal Prefecto de la Sagrada Congregación de la Evan-gelización de los Pueblos y el juramento de Fidelidad al Sumo Pontífice ante el Cardenal Proto-diácono, según las fórmulas establecidas por el Derecho.
Finalmente, querido hijo, antes de que te hagas cargo de los deberes del Episcopado, ya que todo don perfecto viene de lo Alto, te exhortamos a que pongas todo tu esfuerzo en tu misión Pastoral y al mismo tiempo esperes el resultado feliz de tus labores solamente de Dios.
Dado en Roma, junto a San Pedro, el 14 de junio del año del Señor 1973, Décimo de nuestro Pontificado.
Juan Cardenal Villot 
Secretario de Estado de la Santa Sede

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NOMBRAMIENTO DE MONS. EUGENIO ARELLANO

JUAN PABLO OBISPO, SIERVO DE LOS SIERVOS DE DIOS

Al amado hijo Eugenio Arellano Fernández, miembro de la Congregación de los Misioneros Combonianos del Corazón de Jesús, proclamado Vicario Apostólico de Esmeraldas y al mismo tiempo elegido Obispo Titular de "Celle di Procónsule", salud y Apostólica Bendición.
Deseando proveer al Vicariato Apostólico de Esmeraldas, vacante por la muerte de su Obispo Enrique Bartolucci Panaroni, de feliz memoria, pensamos acoger el parecer de Nuestros Venerables Hermanos Cardenales y Miembros encargados de la Congregación para la Evangelización de los pueblos: En efecto, propusieron de elegirte a ti, hijo amado, por tus cualidades sobresalientes de la mente y el corazón y por tus notables capacidades pastorales.
Por lo tanto, con el Sumo Poder que tenemos, te constituimos VICARIO APOSTOLICO DE ESMERALDAS Y al mismo tiempo te nombramos Obispo con el título de "Celle di Procónsule", otorgándote todos los derechos e imponiéndote las obligaciones respectivas.
Permitimos que recibas la Ordenación Episcopal de cualquier Obispo Católico, fuera de la ciudad de Roma, observando las normas litúrgicas.
Será tu deber hacer antes la profesión de fe católica, siendo testigo cualquier Obispo de fe segura y hacer juramento de fidelidad hacia Nos y Nuestros Sucesores y enviar enseguida las fórmulas usadas, firmadas y selladas según costumbre a la susodicha Congregación.
Además mandamos que de esos documentos tengan conocimiento tu Clero y tu pueblo, a los que exhortamos que te reciban con buena voluntad y están siempre unidos a ti.
Por fin te deseamos, amado hijo, con la ayuda de la Virgen María, madre de los Apóstoles, la ayuda de Dios; por medio de la cual puedas apacentar los fieles confiados a tu cuidado, con diligencia, prudencia y sobre todo caridad, recordando las palabras de S. Agustín: "Donde hay mayor amor, habrá menor fatiga".
La Gracia y la paz de Dios están siempre contigo y con la queridísima comunidad eclesial de Esmeraldas, perteneciente a la Nación de Ecuador.
Dado en Roma, en San Pedro el día primero de junio de 1995 año 17 de Nuestro Pontificado.
Marcello Rossetti 
Protonotario Apostólico.


Mons. Barbisotti, primer obispo comboniano

Los principales objetivos de Mons. Barbisotti fueron: organizar el ayor numero de parroquias en los principales centros habitados de la provincia, dotandolas de iglesia, escuela, colegio y obras asistenciales y sanitarias.
En la ciudad de Esmeraldas se crearon estas parroquias: la catedral Cristo Rey, San Jose Obrero, Virgen de Fatima (Las Palmas), Santa Marianita, y la parroquia urbana/rural de la Sagrada Familia. En el sector rural se iniciaron la de Atacames, Santa Maria de los Cayapas, Rocafuerte, Borbon y Viche.
En Esmeraldas construyo la hermosa Catedral, el colegio Sagrado Corazon, el Centro de Espiritualidad "Santa Cruz" porque, concluidas las grandes obras, se sentia la necesidad de dedicarse con mas ahinco a la formacion de cristianos autenticos y, en particular, de lideres cristianos.
Practicamente en las parroquias de la ciudad y del campo, desde el comienzo, funcionaron escuelas, colegios para impartir una educacion verdaderamente cristiana. Es por eso que se presenta urgente la necesidad de organizar un Normal Catolico, obra que se realizara por etapas, a partir del 1964, hasta la Institucion del Normal Superior n.8 en 1975 y, finalmente, de la Universidad Catolica P.U.C.E.S.E. en 1981.
Entre las obras sociales: los dispensarios medicos, el Hospital de San Lorenzo y la Ciudad de los Muchachos, que fue una de las obras mas significativas.
 

 

 

 
 


Combonianos, 60 años en Esmeraldas
El día 12 de abril de 2015 tuvo lugar en la catedral de Esmeraldas (Ecuador) una Eucaristía de Acción de Gracias por los 60 años de presencia de los Misioneros Combonianos en ese vicariato apostólico y por su ingente labor de evangelización y promoción humana del pueblo esmeraldeño.
Por P. Francisco Carrera

La celebración presidida por el P. Rafael González, superior provincial de los Misioneros Combonianos en Ecuador, y concelebrada por un buen número de sacerdotes combonianos y diocesanos, contó con la asistencia de numerosos religiosos, religiosas -entre ellas las Misioneras Combonianas- y fieles que quisieron reconocer con su presencia la labor realizada por los misioneros a favor del pueblo esmeraldeño a lo largo de todos esos años.
Al ritmo de vibrante música afro, varios grupos de danzas ataviados con vistosos atuendos tradicionales contribuyeron a dar a la liturgia un ambiente festivo y un sabor local.
El P. Silvino Mina, vicario general, el P. Vicente Vivero, primer sacerdote esmeraldeño, y representates de otras instituciones del vicariato apostólico, como la Pastoral Juvenil Afro y la parroquia de La Merced de la capital, expresaron el agradecimiento de la población por la presencia de los Misioneros Combonianos, que han contribuido a la transformación eclesial y social de la provincia de Esmeraldas.  El primer grupo de misioneros pisó suelo esmeraldeño el 13 de abril de 1955; los pioneros de la presencia comboniana fueron el P. Ángel Barbisotti, poco después consagrado primer obispo del vicariato apostólico (1958), el P. Luís Marro -todavía entre nosotros y retirado en la comunidad comboniana de Verona (Italia)- y el Hno. Ángel Fusetto. Era el primer paso para responder al deseo expreso del papa Pio XII, que encargó el cuidado pastoral de Esmeraldas, de población mayoritariamente afro-descendiente, a los Misoneros Combonianos, probablemente debido a su experiencia en África.
En aquel tiempo, la provincia de Esmeraldas se encontraba en una situación de verdadera marginación con respecto al resto del país: sin carreteras ni electricidad, pocos centros de salud y mínimas estructuras educativas. Espiritualmente, la falta de personal había llevado al abandono casi total de la población. El P. Barbisotti escribía la respecto poco después de su llegada: "En nuestras primeras giras misioneras encontramos a muchas personas dotadas de una bondad natural genuina, pero que, sin ninguna culpa de su parte, carecen de todo conocimiento doctrinal... desconocen el plan de la salvación, la gracia, la riqueza de la fe y de la moral católica... El Evangelio es, para la gran mayoría, un libro desconocido, la religión está reducida a una vaga confusión de prácticas supersticiosas, a fórmulas y objetos sin ningún contenido cristiano..."
La primera etapa de los Misioneros Combonianos en Esmeraldas fue de gran empuje misionero con muchas actividades pastorales (catequesis, visitas a las familias, formación de líderes, etc.) tanto en la capital como en otras poblaciones, especialmente San Lorenzo, Limones, Quinindé, Muisne, y en los poblados a lo largo de los ríos. Llegó un gran número de misioneros, padres y hermanos, y también  de Misioneras Combonianas y fue un tiempo de expansión y construcción de importantes obras, a lo largo y ancho de toda la provincia: parroquias, escuelas, colegios, dispensarios, centros de promoción social, escuelas técnicas, etc. Esta ingente actividad misionera tenía como pilares el acompañamiento espiritual y la promoción humana del pueblo esmeraldeño.
"La tarea no era fácil -dejaron escrito los perimeros misioneros- , sobre todo por la dispersión de los habitantes en una zona tan vasta y, muchas veces, de difícil acceso. Era inevitable familiarizarse con la canoa, con las corrientes de ríos a veces impetuosos, con el caballo, con largas caminatas; preparados a todos los imprevistos e imprevisibles tropiezos y dificultades".
El 14 de junio de 1973, el papa Pablo VI nombró al comboniano P. Enrique Bartolucci obispo del Vicariato de Esmeraldas, en sustitución del
fallecido Mons. Ángel Barbisotti.
En los años sucesivos, sacerdotes, religiosos/as y laicos locales y extranjeros llegaron para cooperar en el trabajo de evangelización de la Iglesia esmeraldeña. Los Misioneros Combonianos, a su vez, fueron requeridos para acompañar al pueblo afroecuatoriano y para la animación misionera de la iglesia local; a partir de 1976, tomaron nuevos compromisos pastorales en las diócesis de Manabí, Quito y Guayaquil. En 1982, la presencia comboniana iniciada en Esmeraldas se extendió hasta Colombia, con comunidades en Cali, Bogotá y Medellín.
Actualmente la presencia de lo Misioneros Combonianos en Esmeraldas se ha visto reducida a la capital, con Mons. Eugenio Arellano, obispo del Vicariato desde 1995, y el Hno. Vicente Panice en la curia y la comunidad de la parroquia de la Merced, y a las poblaciones de San Lorenzo y Borbón. Pero han dejado tras de si una iglesia local llena de vitalidad y celo evangelizador, sin duda contagiada del espiritu misonero de San Daniel Comboni.
El momento más emotivo de la celebración de los 60 años de presencia comboniana en Esmeraldas fue la colocación de una ofrenda floral, al término de la Eucaristía, sobre las tumbas de Mons. Ángel Barbisotti y Mons. Enrique Bartolucci, a la entrada de la catedral, recordando también a los 55 misioneros combonianos que han pasado por Esmeraldas y ya han fallecido.